Restaurante Paco Gandía
Restaurante Paco Gandía
Desde hace algún tiempo teníamos programado en nuestro calendario la visita a uno de los templos del arroz, el Restaurante de Paco Gandía.
Situado en el triángulo mesetario que conforman las provincias de Alicante, Murcia y Albacete, se encuentra Pinoso, un pueblo que asocias a la primera con los arroces de Paco Gandía.
Un local de toda la vida, de aspecto tradicional, de pueblo, pero con un bagaje de más de 30 años haciendo lo más demandado en la provincia alicantina, el arroz.
Al frente, Paco Gandía, atendiendo al personal en un salón comedor pequeño y manejable, y Josefa, dueña y señora de su meritoria cocina, no solamente por la elaboración del arroz sino por enfrentarse a diario con las altas temperaturas que desprenden los sarmientos en llamas y que pudimos comprobar en primera persona, pues Paco nos invitó a acceder a la cocina para conocer el proceso del arroz.
Pudimos ver cómo Josefa coloca meticulosamente el sarmiento de cepas de viña, cómo controla que el fuego consiga una uniformidad impecable y que la intensidad de la lumbre sea perfecta, un trabajo y un secreto que no está escrito en los libros y que parece fácil a ojos del comensal. Aún así, todavía hay gente que sigue diciendo que el precio por comensal es caro.
La carta de entrantes es reducida y no hacen falta más productos de los que ofrecen. Son todos de primerísimo nivel, desde pescados y mariscos frescos, de los que podéis prescindir perfectamente porque se os disparará considerablemente “la dolorosa” (la cuenta); hasta unas mollejas con setas o revuelto de morcilla, entrantes recomendables para una mesa de 4-6 comensales para poder disfrutar mejor de ellos sin llegar a llenarte.
Nosotros optamos por un calamar de potera a la brasa, unas mollejas con setas y gamba roja a la plancha. La cantidad de entrantes fue perfecta y muy recomendada para poder disfrutar del arroz posterior.
Su arroz típico es el conejo y caracoles, cuyo precio por persona es de 18€, precio que da lugar a que muchos visitantes lo tachen de extremadamente caro, opiniones respetadas pero que para nada compartimos y queremos dejar claro en nuestra crítica, pues muchos restaurantes de la zona cobran un precio de 11-13€ por persona y la ración es cuanto menos irrisoria, lo que hace que tengas que pedir más raciones que comensales hay en la mesa, luego estamos hablando de que el precio es más alto del establecido.
En cuanto a los postres, si eres goloso tienes que pecar, pero son perfectamente prescindibles. Nosotros dejamos que el mismo Paco Gandía nos sorprendiese con aquellos que para él son los mejores, y así fue. Tomamos un sorbete de limón realizado con champán y varios secretos del chef que creaban un sabor genial. Seguidamente un variado de postres al centro: coulant de chocolate (el único no casero), tarta de queso, profiteroles helados con chocolate caliente, tarta de Santiago, tocino de cielo, tarta de la abuela con aroma de café y leche frita. No eran sorprendentes pero sí estaban muy ricos.
Para el café, sí nos llamaron la atención las famosas «pelusas». Su nombre describe muy bien la sensación que se obtiene cuando muerdes y saboreas estas galletas.
Merece especial mención la extraordinaria atención y el impecable servicio de todo el personal. Sin duda, volveremos para degustar de nuevo un gran arroz.
– El equipo de Foodieviajeros –